Copio y pego este bonito artículo sobre los relevos publicado en NOTINAT hace unos días. Su autor, Agustín Artilles Grijalba (Champi), entrenador del CN Ciudad Real.
La
piscina estalla en aplausos, el público enloquece. Tan solo unas
insignificantes centésimas de segundos separan al primer equipo
clasificado del resto de escuadras. Se acerca el momento decisivo, la
concentración es máxima y la presión insoportable. ¡¡¡No pestañees, te
lo puedes perder!!! Son las pruebas de relevos.
Belleza, espectacularidad, intensidad, emoción, compañerismo, control mental, estrategia, voluntad de superar al rival, son solo algunos de los atractivos que confieren a estas pruebas una magia especial. Una salida mal ejecutada, una posta adelantada, un viraje mal realizado, una decisión técnica errónea, pueden suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
¿Cómo es posible que Jason Lezak le
robara literalmente la medalla de oro del 4x100 libres al nadador Alain
Bernard en las Olimpiadas de Pekín y que, a posteriori, en la prueba
individual de 100 libres, el nadador francés se proclamara Campeón
olímpico, relegando al americano a la tercera plaza?¿Estrategia, por
nadar a rebufo del francés? ¿Reconocimiento, motivación, compañerismo,
por lograr el oro olímpico y, de paso, contribuir a engrandecer la
leyenda de su compañero de selección, Michael Phelps? O simplemente,
¿Les cuesta a determinados nadadores soportar la presión del
acontecimiento?
Independientemente de cuál sea el acicate que lleve a unos atletas a conseguir un resultado extraordinario en este tipo de pruebas, el sentido común y la lógica nos sugiere la necesidad de practicar un aspecto del entrenamiento que tenemos muy descuidado y al que la mayoría de los entrenadores no le damos la importancia y el tiempo de preparación que se merece.
Planificar y entrenar una prueba de relevos ha de ser un arte, en el que nadadores y técnicos estén perfectamente compenetrados. No siempre vence el mejor equipo, en muchas ocasiones la victoria será para quien sepa interpretar y preparar con mayor astucia y dedicación este tipo de pruebas.
Son numerosos los factores que influyen en el resultado final y deberemos tenerlos en cuenta a la hora de competir:
1- Elección de los componentes del relevo: No siempre los nadadores más rápidos son los más apropiados para elegir la formación adecuada. Algunos de ellos, incluso con peores registros, poseen un talento natural para realizar sus mejores prestaciones en este tipo de pruebas y, por lo general, suelen tener un compromiso mayor con el resto de compañeros, además de una ambición y afán de superación superior a la media. Otros, por el contrario, no son capaces de acercarse con asiduidad a sus mejores marcas, suelen ser más individualistas y en sus objetivos suelen prevalecer el beneficio personal antes que el colectivo. Es más importante para ellos rendir al máximo nivel en su prueba personal que en la del conjunto.
2- Orden del relevo: La elección dependerá del objetivo de la competición. Si se trata de pruebas eliminatorias o de finales, si se compite en piscina corta o larga, o si se participa en una competición secundaria. Quien realiza la mejor salida, quien hace las mejores tomas, pero especialmente, quien es capaz de soportar mejor la presión y por consiguiente, quien genera mayor confianza. Los procedimientos para mejorar la técnica de las salidas y de las llegadas, los intercambios de las postas, la coordinación en las tomas y por supuesto la adaptación a las exigencias que implica este tipo de carreras, requieren una programación seria, específica y en equipo, si lo que pretendemos es alcanzar los mejores resultados.
“Creer en ello es lo más difícil, hacerlo posible solo es cuestión de trabajo”
Agustín Artilles Grijalba (Champi)
“Creer en ello es lo más difícil, hacerlo posible solo es cuestión de trabajo”... Bonita frase, encierra mas de lo que parece.
ResponderEliminarÁnimo a tod@s, el trabajo ya lo estais haciendo.